Todos hemos visto alguna vez un documental que nos dejaba impactados, con la boca abierta, y, alguno que otro nos ha dejado pensando que lo que acabamos de ver no es del todo cierto. Muchas veces no es así, pero en algunas ocasiones, los documentales nos muestran una narrativa tan maravillosa y nos enganchan, pero al final, es mentira. Estos son los conocidos como falsos documentales. 

Los falsos documentales se los conocen también como ‘mockumentaries’, del inglés «mock», broma, y «documental». Y pueden dar tanto o más trabajo para producirlos, realizarlos y montarlos que si fueran documentales reales. Normalmente, al final de la obra, se revela que es un falso documental, y que lo narrado no es real. Algunos de estos ‘mockumentaries’ son Operación Palace (falso documental dirigido por Jordi Évole sobre el golpe de Estado en España de 1981), Camaleó (falsa cobertura informativa que La 2 hizo en torno a la muerte del líder ruso Mijaíl Gorbachov), Opération Lune (producción francesa que especula con la posibilidad de que la llegada del hombre a la Luna no fuera más que un montaje orquestado por Richard Nixon), o Por qué Mozart no usaba el Si bemol (vídeo realizado por el influencer Jaime Altozano que busca hacer creer al espectador que Mozart no usaba la nota Si bemol, entre otros muchos datos). 

Muchos investigadores y documentalistas coincidenpiensan en que el primer fenómeno de este tipo fue la emisión radiofónica de «La guerra de los mundos». En esta emisión, narrada por Orson Welles, se narró una adaptación de la novela de George Orwell, que cuenta los hechos de una invasión alienígena en la Tierra. Los oyentes de este programa creyeron que el ataque extraterrestre era real y entraron en pánico, provocando el caos en algunas ciudades de EE. UU.

Una de las causas de por qué el número de falsos documentales ha crecido, es debido a la capacidad que ofrecen de jugar con la narrativa, la verdad y la percepció. El fin último de estos mockumentaries es realizar un ejercicio de análisis y retar al espectador, haciendo que se pregunte por qué cree que es verdad lo que está viendo si resulta increíble. 

Los falsos documentales requieren una producción más elaborada y cuidada, para que al espectador le resulte más creíble. Estos documentales tienen muchos detalles y buscan un realismo especial, tanto, que puede ocasionar efectos inesperados. Por ejemplo, Operación Palace provocó que una señora se pusiese de parto mientras lo televisaban, o Jaime Altozano, con su mockumentarie sobre Mozart y el Si bemol, consiguió engañar a casi todos los espectadores del vídeo, con un vídeo con un nivel de producción muy elevado.

Ahora, conociendo la existencia de los mockumentaries, estate atento cuando veas un documental. Si quieres más información sobre el tema, pincha aquí para leer más entradas del blog. 

Pablo Martínez