ENTREVISTA|Las Fake News en la esfera política

ENTREVISTA|Las Fake News en la esfera política

Marta Pérez Escolar, profesora de Opinión Pública de la Universidad Loyola Andalucía.

En esta entrevista conoceremos cómo las fake news siempre han estado presentes y además, Marta puntualiza de que existen dos tipos de noticas falsas: las desinformaciones y las misinformaciones. También hace referencia a los diferentes usos que les dan los partidos políticos y a los algoritmos de google, que facilitan la transmisión de noticias falsas que son favorables al punto de vista del usuario. Considera que las democracias están siendo muy dañadas por las fake news y no cree que sea fácil convertir las redes sociales en una fuente de verdad.  

ENTREVISTA | César Peña: “Lo interesante es dominar el lenguaje de la misma manera que lo domina el creador de bulos y hacer la verdad atractiva”

ENTREVISTA | César Peña: “Lo interesante es dominar el lenguaje de la misma manera que lo domina el creador de bulos y hacer la verdad atractiva”

María Hidalgo y Manuel Carmona
César Peña es uno de los periodistas del LAB de RTVE, un laboratorio de innovación audiovisual en el que los enfoques creativos y las nuevas narrativas están a la orden del día. Dentro de él, César trabaja en la coordinación de proyectos, pero también en la labor de verificación y desmentido de información falsa. Así, desde su experiencia en ese ámbito, y desde su formación previa y sus años de ponente y docente en universidades, César nos transmite su punto de vista sobre el fenómeno de las fake news.

 

 

Te hemos oído decir que “la mentira va a ser siempre más sexy que la verdad”. ¿Cómo crees que se puede hacer “más sexy” a la verdad’

La mentira es más sexy porque apela a los sentimientos y te toca directamente al corazón o a cosas que tú crees o cosas a las que temes.  Entonces, siempre va a ser más llamativa y por eso es más atractiva que la verdad, que muchas veces es más aburrida quizá. Creo que la única herramienta que podría haber es utilizar sus mismas armas comunicativas, que son básicamente su estructura narrativa, su estructura visual… Cómo se compone un bulo. Ahora mismo en España están surgiendo cuentas que parecen bulos. Muy interesantes a nivel profesional, pero quizá muy alarmantes a nivel personal. Cuentas que usan mucho una estructura, por ejemplo, de película bélica o de superhéroes, con  una música épica o incluso robando planos de películas bélicas o de superhéroes. Recientemente he visto alguno hecho con fragmentos de la película de Batman.

Hay un proyecto en Europa, no recuerdo muy bien el país ahora mismo, que me pareció muy interesante. Es un país en el que se sometían a votación muchas leyes. El pueblo participaba en muchos aspectos muy mínimos y la extrema derecha estaba tomando ventaja, porque con discursos de odio estaba teniendo muy fácil aprobar vetos que iban en dirección de la exclusión social de ciertas partes de la sociedad. Y hubo un grupo cívico que reaccionó a esto y usó el mismo lenguaje que usaban ellos para proponer el voto contrario al que proponía la extrema derecha en esas votaciones. Y habían conseguido ganarle el 80% de las últimas leyes que se habían promovido de esta manera. Quiero decir con esto que lo interesante es dominar el lenguaje de la misma manera que lo domina el creador de bulos y hacer la verdad atractiva de la misma manera.

Cuando estas “mentiras sexys” calan y generan nuevos estados de opinión sobre temas que la sociedad general considera superados, ¿deben los medios de comunicación debatir estos temas o se deben dejar a un lado al estar ya tan superados y ser un peligro volver atrás en ellos?

En parte es controvertido, porque darle un hueco en los medios de comunicación a ideas homófobas, por ejemplo, pues quizá pueda ser eso: volver un poco a discursos superados. O no tan superados. Es que también es difícil. No sabemos hasta qué punto en la sociedad calan ciertos discursos. Y también pasa en dirección contraria. Si damos por hecho los derechos sociales es bastante probable que los vayamos perdiendo poco a poco. Si damos por hecho factores de la convivencia que nos parecen a lo mejor éticamente básicos, podemos perder el foco y que alguien los amenace. Yo creo que el punto justo está en saber juzgar bien la viralidad de un discurso. Es decir, discursos de odio va a haber siempre, desgraciadamente. Darle un altavoz no es una buena idea. Ocurre constantemente. Las redes sociales, Twitter en concreto, son un altavoz que parece que hay más presencia de discursos de odio de lo que luego en la calle lo hay. O de ciertas tendencias, ¿no? Y personalmente creo que hay que rebatir todos los bulos que puedan amenazar la convivencia y el estado de derecho, pero sabiendo ponderarlo a través de cómo de grande está siendo esa conversación.

«La capacidad de adaptación va a ser fundamental para realizar bien la profesión en los próximos años» 

¿Qué tipo de penalización podría aplicarse a esos partidos políticos que sacan rédito a través de bulos y la desinformación?

Entiendo que la forma de sancionar a un partido político, según nuestro sistema actual y sin ser un experto, creo que serían las aportaciones económicas de ese partido, el dinero que recibe. Si no recibiesen subvenciones por promover informaciones falsas de alguna manera, quizá eso podría ser un freno. Creo que la mayor sanción que un partido político puede tener es la pérdida de votos. La pérdida de votos la generan los ciudadanos. Y la forma de que un ciudadano no vote a un partido político es estando informado de cuáles son sus actos y sus palabras, ¿no? Esa es la única sanción democrática real que puede haber.

Como ponente y profesor en universidades, ¿ves a los futuros profesionales de la información concienciados y preparados para enfrentarse al escenario de desinformación que ya vivimos y que viene por delante?

 Yo creo que no lo está nadie. No lo están ni los profesionales que están ahora mismo en los medios, ni creo que lo estén los alumnos. Todos los que damos clases sobre verificación o cualquier otra asignatura lo que intentamos es dar todas las herramientas disponibles que nosotros conocemos y dominamos para esto. Yo he estado dando clases en el Máster de Periodismo Documental de la [Universidad] Carlos III durante tres años seguidos. Y las herramientas que di el primer año el tercer año algunas ya habían caducado. No se trata tanto de salir de la carrera con una preparación, sino con las herramientas necesarias para adaptarse. La capacidad de adaptación va a ser fundamental para poder realizar bien la profesión en los próximos años. Porque van a salir herramientas nuevas. Porque van a salir formas nuevas. La verificación en España hace cuatro años no era una rama del periodismo como tal y ahora hay empresas periodísticas que se dedican a ellos. Entonces, creo que lo que hay que tener es capacidad de adaptación y de aprender nuevas herramientas.

El periodista y verificador César Peña

En los medios de verificación vivís con esa tensión entre la rapidez que se exige a los medios digitales, el tiempo que requiere la verificación y las “patas largas” de la mentira. A la hora de hacer un desmentido, ¿cómo se resuelve esa tensión? ¿Hay situaciones en las que acaba pesando más un factor que otro?

En verificación lo que pesa realmente es que el trabajo esté bien hecho. Evidentemente, el tiempo es una jugarreta. El tiempo está siempre para hacerte la puñeta. Pero nosotros no competimos en el tiempo. No competimos contra otros que quizá pueden ser más rápidos que nosotros a la hora de publicar un bulo. Nosotros necesitamos que la verificación esté bien hecha. Precisamente por eso, porque está en juego la imagen de marca de un medio público en el que tenemos la responsabilidad de que la gente confíe en él. Entonces, no nos puede importar ser los primeros en salir por muy importante que sea un desmentido. Evidentemente, si un desmentido fuese muy, muy, muy apremiante, lo que hacemos es mover a todos nuestros contactos de dentro y fuera de la casa para desmentirlo cuanto antes.

Ahora con la pandemia es un caso muy curioso. Porque nosotros habíamos hecho verificación, sobre todo, política. Habíamos trabajado en las dos campañas electorales de 2019. Y claro, de repente te ves en un escenario en el que lo que priman son los científicos. Y los contactos científicos de los que el periodismo se había olvidado durante mucho tiempo. Eso ha sido muy complicado, porque los científicos estaban ocupados resolviendo una pandemia mundial. Y están en ello, vamos. No ha cambiado en absoluto. Y de hecho creo que el paso del tiempo está agravando esa falta de disponibilidad por su parte. Entonces, lo importante para tener una verificación bien hecha es tener más de una fuente. Tener testigos. Y a partir de ahí construirla, ¿no? Explicar bien y reconstruir bien el bulo. Y explicar por qué lo es.

En las últimas elecciones el Gobierno creó un grupo de trabajo para combatir la desinformación, integrado por miembros de la Dirección de Seguridad Nacional, la Secretaría de Estado de Comunicación y los Ministerios de Interior, Defensa y Exteriores. ¿Qué opinas sobre la intervención del Estado en estas cuestiones, aunque sea mínima y coyuntural para elecciones?

Sí creo que es delicado. Yo no creo en la creación por parte del Estado de una herramienta de lucha contra los bulos sin más especificaciones. Sin más detalle. Así, a grosso modo, no. Yo diría: “no”. Sí creo que hay margen para que el Estado exista. Exista como verificador, me refiero. De hecho, un ejemplo para mí muy claro son las declaraciones de Donald Trump diciendo que quizá inyectar desinfectante podría ser una solución para luchar contra el coronavirus. Y que luego hubo en las 48 horas posteriores en el estado de Nueva York más de 30 llamadas a los servicios de emergencia de gente que había bebido lejía. Creo que hay un margen de contenidos en los que el Estado puede actuar. Contenidos de Salud Pública. Contenidos de discursos de odio. Por ejemplo, WhatsApp ha tenido problemas muy gordos en la India porque se han dado palizas a forasteros que llegaban a localidades. Se esparcía por WhatsApp una cadena en la que se decía que esa persona, con su imagen, era un pederasta. Y se han dado palizas hasta la muerte. Creo recordar que los datos estaban por encima de 100 personas muertas en la India a través de este tipo de cadenas en un año. Entonces, hay margen para que el Estado pueda actuar sobre ciertos contenidos, pero no veo que se pueda actuar sobre todos los tipos de contenidos. Porque al final habría un filtro editorial complicado.

«Para que el ciudadano del siglo XXI tenga un buen airbag contra posibles bulos tiene dos herramientas: el espíritu crítico y la educación tecnológica»

En el escenario en el que nos encontramos, la alfabetización mediática se hace una necesidad. Más allá de los medios verificadores, ¿qué herramientas crees que se le pueden dar al ciudadano medio para concienciarlo y que sea capaz de ver y analizar qué información no es verdadera?

La única herramienta que tenemos ahora mismo con el ciudadano es la educación y la información. Y de una forma que además se confunden entre ellas. Te diría que casi que es más importante la educación. Para que el ciudadano del siglo XXI tenga un buen airbag contra posibles bulos tiene dos herramientas: por un lado está el espíritu crítico y por el otro lado está la educación tecnológica, diría yo. Porque la mayor parte de estos bulos se comparten de forma tecnológica, ¿no? Y por mi experiencia las personas que comparten bulos son personas que no tienen unos hábitos de consumo digital de nivel experto, sino un nivel muy bajo. Es decir, los bulos se comparten a través de fotomontajes porque la persona que lo está compartiendo no piensa en buscar esa noticia que parece que la ha publicado El País poniendo a Pablo Casado como Paul Married. Buscarlo en la web de El País a ver si existe de verdad. Y si existe, compartir el link en vez de la foto. Pero no. Y no lo digo que lo hagan con mala voluntad, sino con una falta de conocimiento tecnológico, de cuáles son las herramientas y cuáles son las cosas que debemos usar. Por eso también durante la pandemia y el confinamiento hay tantos casos de phising. Porque nos falta educación tecnológica.

Y luego por otro lado el espíritu crítico que decíamos antes. Si apela a las emociones, si te da un argumento para criticar algo o critica algo y te enfada mucho, ponlo en cuarentena. Busca fuentes, infórmate. Y a partir de ahí, si quieres compartirlo porque es real, evidentemente está bien. “Busca antes de compartir”, sería la clave.

Nos ha parecido muy interesante el proyecto Guerra a la mentira que hicisteis en el LAB de RTVE, en el que fuiste guionista. ¿Cómo fue su desarrollo, cuánto tiempo llevó y con qué fin se creó?

Guerra a la mentira es un proyecto que nos lo propuso el equipo de En Portada. Nuestra compañera Yolanda tenía claro que quería hacer un reportaje para En Portada sobre la verificación de fuentes abiertas. Todo el trabajo que había hecho Eliot Higgins sobre este campo. Y nos vino a proponer que hiciéramos la parte interactiva. Entonces nos dividimos ahí ya un poco. El reportaje lo centró en la figura de Eliot Higgins y cómo él había desarrollado los procesos de investigación a través de fuentes abiertas. Y nosotros lo que hicimos fue una web que tiene la intención de empoderar al usuario. De dejarle claro que no hace falta ser un espía ni un hacker para llegar a esas fuentes abiertas, sino que tenemos todos acceso a ellas. Y que a través de ellas se pueden denunciar, como en el caso de Higgins, violaciones de los derechos humanos. Ahí se ramificó un poco la investigación. Yolanda se centró en esa parte y nosotros en la parte de la interactividad, de cómo enseñarle a un usuario, por ejemplo, a hacer procesos de búsqueda inversa de imágenes u otro tipo de verificaciones. Y el nexo de unión fue, sobre todo, el realizador del reportaje y de las imágenes del interactivo, que fue Marcos Martín, miembro del equipo del LAB, que hizo la realización de los dos reportajes.

El tiempo que le dedicamos a la parte interactiva fueron cerca de cuatro meses. Tres meses y algo. Porque eran unas herramientas de verificación que nosotros no controlábamos en ese momento. Primero hubo que desarrollar el expertise de cómo funcionan y a partir de ahí interpretar cómo sería la manera más fácil de mostrárselo al usuario. Cómo podemos hacer una narrativa en la que va evolucionando como si fuera un grupo de WhatsApp falseado la relación del usuario con otros expertos que le van dando herramientas con las que puede completar tres casos que nosotros extrajimos de casos reales que ya se habían verificado. Y que tenían mucho interés porque se trataban de verificaciones de violaciones de derechos humanos. Esa fue la idea. Así estuvimos trabajando esos tres meses en el desarrollo de esos proyectos.

 

«Si apela a las emociones, si te da un argumento para criticar algo o critica algo y te enfada mucho, ponlo en cuarentena»

 

 Yo creo que la verificación de fuentes abiertas y todo el trabajo que hizo Eliot Higgins con Belingcat en el fondo se puede interpretar como un pequeño tirón de orejas al periodismo actual. Porque de repente una persona que se dedicaba al área de Recursos Humanos se quedó en el paro y se puso a investigar por su cuenta. Aparte de que él tiene que tener una personalidad especialmente metódica y puntillosa. Pero yo creo que él desarrolló unas habilidades que el periodismo de investigación en su extrapolación del periodismo analógico al digital había perdido, ¿no? Había perdido ciertos hábitos de contrastar y de un trabajo muy de minería, en el fondo. Sin contar con el Big Data. Entonces creo que está muy bien que recojamos ese guante desde el periodismo y nos pongamos al día.

 

ENTREVISTA | Miguel Valenzuela: “Más que educarnos en qué son las ‘fake news’, sería conveniente reforzar los comportamientos que nos hacen ser críticos con ellas”

ENTREVISTA | Miguel Valenzuela: “Más que educarnos en qué son las ‘fake news’, sería conveniente reforzar los comportamientos que nos hacen ser críticos con ellas”

 

Manuel Carmona y María Hidalgo 
El sesgo de confirmación es uno de los sesgos cognitivos que entra en el debate sobre las fake news, ya que las personas somos más propensas a confiar en aquellas noticias que se asemejan o validan nuestras ideas y nuestra posición con respecto al mundo. Por ello, ese sesgo de confirmación nos hacen más susceptibles de confiar en información falsa. Así lo ha explicado a La Faketoría Miguel Valenzuela, psicólogo general sanitario y Director de Ítaca Formación.

 

 

Hay estudios que muestran que el sesgo de confirmación nos afecta a la hora de elegir la información que consumimos, ¿qué es exactamente ese sesgo?

El sesgo de confirmación es la tendencia a captar las partes de la información que tienen que ver con nuestra posición o con nuestra postura o que se enfrentan a las contrarias. Como en cualquier proceso en el que se pone en juego la dignidad de cada uno de los que interviene, si la situación es muy relevante para ti vas a tener tendencia a situarte cerca de las noticias que confirmen tu posición. Por una necesidad de validación personal.

 ¿Qué reacciones se pueden producir cuando una persona se encuentra con una noticia que cuestiona su sistema de valores y sus opiniones?  

Eso lo vemos todos los días. Va a depender de la importancia que tenga esa noticia. Estamos acostumbrados a ver a gente que simplemente por discutir si un futbolista de su equipo es mejor que uno de otro equipo va a tener reacciones a veces muy emocionales. Va a depender de hasta qué punto es importante para ti y hasta qué punto interfiere con tu sistema emocional.

¿Qué tipo de valores suelen favorecer ese sesgo de confirmación, generando una respuesta emocional y dificultando que la persona discierna si una información es verdadera o falsa?

Los valores fundamentalmente son una forma de relacionarse del individuo con todo el entorno. Y en el entorno incluimos al propio individuo. Va a depender muchísimo de los historiales de aprendizaje. De las relaciones sociales. A veces puede ser la solidaridad. A veces todo lo contrario. A veces puede ser el racismo. Va a depender muchísimo de cada individuo. Y, aparte, qué relevancia tenga esa noticia para mantener su sistema de relaciones y su sistema de adaptación a su entorno. No es igual que hablemos de la relevancia que le puede dar a un comentario racista que lo suelta alguien como una broma que a alguien que está defendiendo posturas radicalmente racistas. E igual con el tema de la solidaridad.  

¿Cómo se aprovecha el sesgo de confirmación en las fake news? ¿Se utiliza conscientemente a la hora de crearlas?

Tendríamos que hablar de cómo se elabora una buena fake new. Una buena fake new tiene que tener capacidad de funcionar sobre el sistema emocional. Eso es muy importante a la hora de predecir la respuesta que va a provocar. Aquello que es emocionalmente intenso nos cuesta más trabajo gestionarlo a todos. Si va directamente a mis emociones y tiene que ver con cosas que son muy importantes en mi contexto.

En el caso del racismo, si tengo dificultades laborales y viene alguien y me dice que no trabajo porque han llegado 5.000 inmigrantes, eso va dirigido a mi sistema emocional, a mi problema y me está dando una solución falsa, pero me está dando una solución. Eso a veces me hace adherirme a ella. Más que el sesgo de confirmación, lo que se está produciendo en realidad es una muy buena manipulación de las emociones. Seguramente porque no se está siendo capaz de dar otras respuestas alternativas que a la gente le parezcan tan convincentes o que emocionalmente sean tan fáciles. Eso sería una buena fake new. 

Si tiene relevancia para ti, si es algo que te esté tocando aquello que realmente te provoca irritación, miedo, disconfort… y te dan una solución fácil, evidentemente es una fake new muy bien elaborada. Fake news ha habido siempre, estamos hablando de mentiras, ¿no? Pero hay mentiras que parece que están peor elaboradas y mentiras que están muy bien elaboradas y que además aprovechan las redes sociales como una forma de que cada fake new vaya aumentando. Tu publicas una fake new potente en Facebook y los comentarios de la propia gente que va entrando va ampliando el eco de la fake new y el repertorio de gente que se puede sentir identificada con la supuesta solución o análisis del problema que hace la fake new.

«Más que el sesgo de confirmación, lo que se está produciendo en realidad es una muy buena manipulación de las emociones.«

El psicólogo Miguel Valenzuela Hernández.

En ese sentido, podríamos decir que se aprovechan las redes sociales, ¿no? El contenido que compartes en una red social lo va a ver tu grupo de amigos, que normalmente serán afines a tu razonamiento y a las emociones que te mueven.

En ese grupo social yo creo que el sesgo de confirmación que tú decías antes sí tiene mucho que ver. Si analizamos los Facebook de la gente, nos vamos a encontrar prácticamente la ideología, en cuanto a pensamiento, política, deportiva… de mucha gente. Porque al final voy a ir buscando aquellas noticias que confirman, que validan, mis opiniones. 

Siguiendo el ejemplo anterior, sobre la dificultad para encontrar empleo, ¿en situaciones de estrés y desesperación frente a un problema es más probable que el individuo decida confiar en la veracidad de una fake new? 

Como te decía antes, todo aquello que sea capaz de tocar mis emociones primeramente tiene más posibilidades de éxito. Luego están esos aprendizajes que te decía en el desarrollo personal. Esos aprendizajes personales, familiares, sociales, en tu grupo de amigos, en tus relaciones… que te han hecho ser una persona capaz de gestionar mejor o peor esas emociones que se producen, de soportar la incomodidad, el disconfort, el malestar que van a provocar esas situaciones y, por lo tanto, acudir a respuestas más reflexivas y flexibles donde te planteas más alternativas, o acudir a respuestas muy simples, ¿no? Decir: “el problema es este, me cargo esto y solucionado”. 

En relación a esos aprendizajes personales y desde el ámbito de la psicología, ¿es la alfabetización mediática un método eficaz para combatir las fake news y limitar el sesgo de confirmación o la manipulación de las emociones? 

Es muy difícil. Cuando algo me está ofreciendo solución a un tema que para mí es muy relevante, me produce mucho disconfort, me preocupa mucho… es muy reforzante. Es difícil para cualquier modelo educativo ir contra refuerzos tan potentes. Desde luego, esa educación que tú me dices va a necesitar mucho más tiempo y va a tener que ser muy reforzante para el individuo. Fíjate simplemente, en toda esta situación del Covid, hemos tenido miles de WhatsApp de noticias y de vídeos, algunos fake news, otros semi fake news y otros no sabemos muy bien qué. Cuando se ha puesto en valor, y eso sí se ha conseguido socialmente por los grupos, ser capaz de detectar una fake new, reforzante ante tu grupo porque demuestras que eres inteligente y que no caes en una fake new, eso puede ser un reforzador potente. Más que educarnos en qué son las fake news, sería conveniente reforzarnos los comportamientos que hacen que detectemos las fake news y seamos críticos con ellas. Eso es aprendizaje al final. 

Sería dar una recompensa a esa capacidad de que tú la hayas detectado. Una recompensa lo suficientemente valiosa para ti, y valiosa socialmente, como para que el descubrir la fake new, el reírnos con los amigos de la idea de Trump de que nos bebamos el desinfectante, el que yo lo comunique en un grupo y me ría de ello me está dando valor, y que el grupo se ría conmigo me está reforzando. Lo realmente importante va a ser qué pasa cuando yo detecto la fake new, qué respuesta tengo de los demás, qué contingencias establecen conmigo. Si son más positivas, si son potentes, si para mí son importantes. Si para mí que tú te enteres de que he identificado una fake es valioso, va a ser más fácil evidentemente que yo esté sospechando de mucha de esa información. 

La disciplina de la psicología también está siendo víctima de la difusión de fake news. ¿Cómo está ocurriendo esto durante el confinamiento decretado a raíz de la emergencia sanitaria por coronavirus?

La psicología es una disciplina que tiene permanente debate sobre qué tipo de conocimiento aporta. Y sobre su naturaleza científica y qué tipo de ciencia es. La psicología está en permanente discusión. Es un sistema todavía muy abierto. Y como sistema muy abierto se cuelan muchas cosas. Por ejemplo, responsabilizar al individuo de que tiene que salir a la calle siendo positivo, como si eso lo pudieras elegir, o no pensar en los problemas que te va a causar la pandemia, o no deber tener miedo. No sé si son fake news, pero son mentiras piadosas cuanto menos. Sí, supongo que si hablamos de fake news suaves, toda disciplina va a estar sometida a las fake news. Pero lo está la medicina, lo está la biología, lo está la virología. Lo estamos viendo ahora. Pero sí que en la psicología hay algunas que parece que están muy generalizadas y que posiblemente causen problemas a la gente. Ante esta situación, la mayoría de la gente se va a encontrar ahora con salir a un mundo que es aversivo, que va a ser duro para ellos. Y por lo tanto no va a depender de que se sitúen positivamente ante la realidad, sino de que sepan cómo afrontar una realidad nueva. Y esa realidad nueva va a estar muy guiada por ese sistema de valores del que hablábamos al principio. Qué es para ti lo realmente importante. Y va a cambiar el sistema de valores de mucha gente. Me preguntabas al principio si el sistema de valores cambia. Claro, cuando cambia mi contexto, cuando cambia mi situación, mi sistema de valores cambia. Cuando se está hundiendo el barco, la barca de madera y el chaleco salvavidas se convierten en algo muy importante para mí.

 

Google Scholar: un remedio contra la desinformación al alcance de todos

Google Scholar: un remedio contra la desinformación al alcance de todos

Google Scholar – o Google Académico – es una excelente herramienta para contrastar los bulos y aprender sobre el fenómeno de la desinformación, sus causas y sus consecuencias. En este artículo revisamos a fondo qué es y damos algunos tips para utilizarlo.

Fuente: Flickr

Gracia Sumariva Reyes

 

La desinformación ha existido desde siempre. Sin embargo, hoy en día, nos encontramos con una versión del fenómeno acelerada y a gran escala, debido al auge de las tecnologías de la comunicación e Internet. No obstante, este nuevo contexto informacional, a su vez, ofrece una gran cantidad de herramientas de gran calidad para combatir la desinformación, los bulos y las fake news.

 Como bien se sabe, la mejor forma de contrastar una posible desinformación es preguntar directamente a una fuente fiable o a un especialista en la materia. Por ejemplo, si nos encontramos ante una información que nos interesa pero que consideramos que podría ser engañosa – como una dieta milagro–, lo mejor que podemos hacer es consultar a un nutricionista. Hoy en día, gracias a Internet, contrastar información es más fácil que nunca, pues tenemos al alcance de nuestras manos información técnica y precisa en todo momento. No obstante, a la hora de contrastar, hay que saber muy bien cuáles son los lugares en los que podemos encontrar información de calidad y en los que podemos confiar plenamente. Uno de ellos es Google Scholar.

Fuente: Flickr

¿Qué es Google Scholar?

Google Scholar es una base de datos gratuita ofrecida por Google. Dentro de ella, podemos encontrar disponible una enorme cantidad de literatura académica – artículos científicos e investigaciones–  de todas las disciplinas existentes y en cualquier idioma. Si bien, hoy en día, Google no ha publicado la cantidad de artículos académicos, hay estudios que confirman que contiene unos 398 millones de documentos, siendo por tanto la base de datos más grande del mundo.

Google Scholar podría decirse que es el sitio web que contiene ‘’ lo que expertos dicen’’. Quizás no sea una herramienta eficiente para contrastar fake news o contenidos de actualidad, pero sí que nos sirve para contrastar bulos basados en la ciencia – como los clickbaits de tipo ‘’una investigación demuestra [inserte hecho sorprendente e irreal] –. Además, también podemos utilizarlo para informarnos más a fondo sobre un tema que nos interesa, incluido la desinformación.

¿Cómo se utiliza Google Scholar?

Google Scholar es una herramienta muy fácil de utilizar. A continuación, tenemos una presentación interactiva en la que explicamos brevemente cómo utilizar la herramienta.

La lucha contra la desinformación es tarea tanto de profesionales de la comunicación como del público. De hecho, la mayor parte de investigadores de la comunicación opinan que la mejor arma contra la desinformación es la educación. Por ello, cada vez es más importante aprender a manejar aquellas herramientas que nos permiten acceder a información de calidad, como Google Scholar.

Entrevista a Don José J. Jiménez| La Iglesia católica y las fake news

Don José Jimenez Güeto es nuestro entrevistado en esta entrada. Sacerdote desde 1993 está comprometido con la comunidad de forma activa. 

Desde 2004 a 2012 fue el director de la programacion religiosa de CopeCórdoba, acutalmente permanece de forma activa como laborador en el programa «Las mañanas Cope».También ha sido director de la Revista Diocesana «Iglesia en Córdoba» desde el 2004 al 2012.

Actualmente es administrador de La Voz de Córdoba y portavos del Cabildo de la Catedral de Córdoba. Por todo esto hemos visto que era la persona idónea para hablarnos de las fake news desde un punto interno de la propia Iglesia, una prespectiva distinta e interesante de la realidad de la desinformación.

No, la foto de los ataúdes en Gran Vía no es real

No, la foto de los ataúdes en Gran Vía no es real

Imagen falsa de los ataúdes en Gran Vía

Álvaro Toro

El grupo parlamentario VOX siembra el caos colgando en su perfil oficial de Twitter una foto con unos ataúdes en la Gran Vía de Madrid. La imagen, tomada en 2019 por el fotógrafo Ignacio Pereira, no mostraba ataúdes, sino que retrataba “la soledad en las grandes ciudades”, de acuerdo con un artículo publicado en Huffington Post.

La difusión de bulos y noticias falsas por redes sociales ha estado a la orden del día desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Estafas, noticias tergiversadas y mentiras han ido circulando en favor de sus difusores, que se han valido de ellas para legitimar su discurso. El mayor ejemplo de ello es el caso del partido político de extrema derecha VOX, quien ya era conocido anteriormente por el uso de bots y bulos en redes sociales para obtener mayor visibilidad.

La foto aterrizó en las redes el día 6 de abril en el perfil de VOX, y los comentarios no se hicieron de rogar. Fue tanta la presión que, a día de hoy, el tweet ha sido borrado. Lo cual no es extraño, ya que la foto no pertenecía a VOX. La imagen fue tomada por el fotógrafo Ignacio Pereira para una exposición del año 2019. Pereira, por su parte, se ha desmarcado totalmente del montaje y ha anunciado acciones legales contra el partido político por infracción de derechos de autor.

Cabe destacar la peligrosidad que conlleva este tipo de montajes fotográficos, sobre todo si tenemos en mente que VOX es un partido político que, en gran medida, ha aumentado su presencia parlamentaria gracias a la difusión de este tipo de bulos.

La diseñadora gráfica Purificación Cabanillas señala, además, que “no se trata de un montaje que se haya hecho en un par de horas”. Tampoco es factible que una persona haya conseguido semejante nivel de edición “mirando un tutorial en YouTube, sino que alguien que sabe utilizar Photoshop se ha pasado horas frente a un ordenador para hacer eso”.

El PSOE, por su parte, ha anunciado que denunciará a VOX ante la Fiscalía por incitación al odio tras la repercusión que ha tenido en redes la difusión de la imagen. Esta vez se trata de un bulo que pasará factura a la formación de extrema derecha, ya que según las últimas encuestas el partido político perdería 3,2 puntos de intención de voto.

Puedes comprobar la veracidad de este y otros bulos más en nuestro apartado “desinfaketion”, y en páginas como Maldita o Newtral.